Dignos de compasión, estos seres desdichados marchan día a día, por plazas, por campos, por ciudades, de la mano con la soledad. Siendo que el verdadero campo de batalla está en la cama, tras la honda trinchera de la almohada, lidian contra su peor enemigo su corazón.

Por no encontrar en otros las armas para la batalla, por ser débiles. Y dejarse morir, presos de su desilusión, con la que cargan de forma perene, pobres de ellos, pobres de ellos. Los miles que vivimos una vida media atrapados en el silencio.

Y es que a veces puedes estar entre la más grande multitud y sentirte solo, todos a tu alrededor son locos son imbéciles que no comprenden lo frio de tu tristeza. Y es que esta legión combate en  los helados campos de hielo que forma un alma solitaria, como la tuya como la mía como la de la vecina que se asoma por la ventana con una mirada lánguida o el viejo que espera en un café a que llegue su inexistente amada.

Ves te lo digo somos miles que por una razón u otra... Continuar leyendo

Detrás de la mascara

Es fácil sin duda pensar en una realidad, en el mundo donde vives día con día, es tan cotidiano que generalmente, uno no se pone a pensar en las cosas desde otro punto de vista. Sin embargo algunos locos, o quizás muchos nos preguntamos cómo seria de repente despertar  y ver que todo ha cambiado completamente,  sin embargo es típico despertar un lunes en la mañana, a fuerzas de los gritos de un despertador bien ajustado, abrir los ojos y encontrarnos exactamente en el mismo lugar donde nos acostamos la noche anterior, y en cuanto nos pongamos en marcha a realizar nuestro devenir cotidiano veremos que nada ha cambiado todo sigue igual, el color del techo, la ubicación de la puerta el lugar de las escaleras las personas que desde que tenemos uso de razón se encuentran ahí todo hasta tu propia voz seguirá siendo la misma,.

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Primera parte “de ida”

¿Dónde están los sentimientos? Donde se guarda el odio donde se conserva el amor acaso la felicidad tiene un rinconcito especial y el dolor un lúgubre espacio…

Tic-tac, tic-tac, tic-tac, a cada instante a cada segundo sin ninguna falla y con toda eficiencia funciona dentro de el pecho de cada uno de nosotros de manera que ni siquiera nos damos cuenta de que ahí está, solo cuando de verdad “duele” queremos arrancárnoslo de el pecho

Aquí es donde empieza la historia con un delicado traumatismo en esta infortunada maquinaria.... Continuar leyendo